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Un buen mantenimiento del coche te hace ahorrar dinero

Un buen mantenimiento del coche te hace ahorrar dinero
Martes, 25 de agosto de 2015


Un buen mantenimiento es clave para la seguridad. los coches que no hacen revisiones tienen un 26 por ciento más de averías que los que sí las hacen y además aumentan en un 31 por ciento los gastos destinados a la reparación de averías a lo largo de la vida del vehículo. 
Además, los profesionales de la reparación advierten de la importancia de llevar el vehículo a un taller que tenga la placa identificativa y, que por tanto garantice una calidad en las reparaciones y mantenimientos realizados. Ponerse en manos de un taller ilegal implica riesgos por el desconocimiento de los métodos utilizados, el origen de las piezas y por la ausencia de derechos para el consumidor en caso de problemas con la reparación. Según datos de la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor (Ganvam), durante 2012 alrededor de un 20% de las operaciones de reparación y mantenimiento se efectuaron en talleres ilegales. 

Cuándo hay que pasar por el taller 
El mantenimiento del coche es un aspecto que no se debe pasar por alto. En los primeros años de vida del automóvil, las revisiones periódicas son condición indispensable para que siga en vigor la garantía legal de compra. Pasado este tiempo de garantía del vendedor, el mantenimiento periódico asegura nuestra seguridad al volante, ya que previene todo tipo de averías. Pero es que, además, avala la ‘buena forma’ del vehículo si en un momento dado queremos ponerlo a la venta. 

Las revisiones que tiene que hacer cada coche vienen marcadas por el propio fabricante a través de un libro de mantenimiento según los kilómetros recorridos y la antigüedad del vehículo. Lo habitual es pasar por el taller al menos una vez al año, alternando inspecciones básicas con otras más específicas que impliquen el cambio de algún elemento del coche. 

Aquí tienes una guía de cuándo hay que realizar las revisiones, de media, ya que puede variar según el modelo o el fabricante: 

• Aceite: Cada 20.000 kilómetros.
• Cambio de filtros y control de nivel de líquidos, frenos, luces, embrague, circuitos, correas, amortiguadores y neumáticos: Entre los 30.000 y 40.000 kilómetros.
• Cambio de neumáticos delanteros: A los 50.000 kilómetros.
• Cambio de las pastillas de frenos: A los 50.000 kilómetros.
• Cambio de neumáticos traseros: A los 60.000 kilómetros.
• Cambio de bujías en coches con motor de gasolina: A los 60.000 kilómetros.
• Cambio de la batería: A los 80.000 kilómetros.
• Cambio de la correa de distribución: A los 120.000 kilómetros. 

Consejos para un buen mantenimiento del vehículo 

• Amortiguadores: Revísalos cada 20.000 km. No sólo proporcionan confort sino que ayudan a controlar el coche especialmente a altas velocidades y en situaciones de riesgo. Es uno de los tres componentes de seguridad más importantes junto con los neumáticos y los frenos.
• Escobillas limpiaparabrisas: Cámbialas al final del verano. Si las escobillas dejan zonas por barrer, originan extraños empañados, hacen ruido o saltos, ha llegado el momento de su reposición.
• Filtros: Se recomiendan los controles una vez al año, sobre todo para mantener en buen estado el motor. En los vehículos se montan de varios tipos, filtros de aceite, de aire, de combustible y de habitáculo.
• Neumáticos: Es difícil predecir la vida útil de un neumático porque depende de muchos factores pero, al poner en contacto el coche con la carretera, se convierte en un elemento de seguridad esencial. Es importante mantener los niveles correctos de presión, estar pendientes de la aparición de vibraciones y ruidos, del desgaste anómalo o de cualquier comportamiento extraño detectado en una frenada. Se recomienda acudir a un especialista al menos una vez año si los neumáticos llevan instalados más de cuatro años, cuando el kilometraje anual no supere los 14.000 kilómetros. Si se hacen más kilómetros, conviene acortar la visita.
• Frenos: Con los frenos en mal estado se necesitan más metros para parar el coche ante cualquier emergencia. Hay que estar atento a cualquier comportamiento extraño cuando se pisa el pedal de freno, si se va para un lado, tarda en reaccionar, produce ruidos o chirridos… El desgaste depende mucho del tipo de conducción y del medio en el que se conduce (ciudad, curvas, etc). Se recomienda visitar al especialista una vez al año.
• Lubricantes: Tienen como misión reducir el desgaste de las piezas del motor. La vida útil de los lubricantes es más elevada en los coches modernos,. Desde los talleres recomiendan cambiar el lubricante cada 15.000 km para que los motores sufran menos. 
• Iluminación: Las luces no solo nos permiten ver, también que otros nos vean e informar de nuestras intenciones cuando conducimos. Aunque no sea obligatorio llevar un juego de repuesto por la complicación de su montaje en algunos vehículos, sí es obligatorio mantener el sistema de iluminación en buenas condiciones. Una vez al mes recuerda comprobar el funcionamiento del sistema de iluminación y limpiar la superficie exterior de suciedad y barro. Si detectas alguna irregularidad como, por ejemplo, una bajada de intensidad en la iluminación consulta al especialista.
• Sistemas de escape y catalizadores: Su función es reducir las emisiones contaminantes y el ruido de los gases al salir del motor. Hay que estar atentos a cualquier indicio de fuga o corrosión y esto lo podemos notar por la falta de potencia del motor o por el incremento del consumo de lubricante. Además, circular con catalizadores o tubos de escape en mal estado puede aumentar el peligro de incendio, asfixias e intoxicaciones en lugares cerrados. Evita subirte a bordillos para no dañarlos y calienta durante un par de minutos el vehículo manteniendo el coche al ralentí antes de iniciar la marcha. Se recomienda su revisión a partir de los 60.000 kilómetros.
• Correas de distribución: Hay que seguir las revisiones propuestas por el fabricante porque para el usuario es complicado detectar su deterioro. Su función es sincronizar los cuatro tiempos del motor, la apertura y cierre de las válvulas de admisión y escape y la chispa de la bujía. Su rotura puede ocasionar una grave y cara avería en el motor.










fuente: coches.net

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